Estas personas son sacerdotes
suspendidos o separados del ministerio sacerdotal por gravísimas irregularidades. Además por
el hecho de haber incurrido en separación formal o cismática de la Iglesia, han
incurrido en la pena latae sententiae de excomunión, de la misma manera los laicos
que forman parte de este grupo.
Lo más grave es que movidos por intereses económicos vienen simulando celebraciones
litúrgicas y sacramentales. Incluso
llevan registros de bautismos y matrimonios de quienes solicitan sus
“servicios”. Siempre están
dispuestos a celebrar inválidamente “misas” o “sacramentos” donde se le
requieren (capillas abandonadas, casas particulares, cementerios etc.). Sean
católicos o no quienes les pidan estos “servicios”.
Estos padres y párrocos
“Piratas”, se aprovechan de la fe de las personas que requieren de algún tipo
de servicio religioso, cobrando cuotas pero sobre todo engañando. Hay que estar
atentos cuando les ofrezcan “matrimonios, bautizos, comuniones,
celebraciones de XV años, misas especiales o algún servicio eclesiástico”,
hay que pedir siempre su identificación como sacerdotes, que la Diócesis
otorga, cuidémonos de estos estafadores.
El servicio
que otorgan no tiene validez ante la iglesia, no son sacerdotes, no
tienen el valor sagrado. Por todo ello, por
la confusión y daño que este grupo hace a la IGLESIA CATOLICA,
se le pide divulgar este información y advertir a la comunidad no dejarse
sorprender, y a denunciarlos ante la autoridad competente.
Mons.
Luis Martínez Flores
Párroco
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