AÑO DE LA FE 2012 - 2013



EXPLICACIÓN DE LOGO:
Sobre un campo cuadrado, enmarcado, se representa simbólicamente una barca –imagen de la Iglesia- en navegación sobre olas apenas insinuadas gráficamente cuyo árbol maestro es una cruz que iza las velas con signos dinámicos que realizan el monograma de Cristo; el fondo de las velas es un sol que asociado al monograma hace referencia también a la eucaristía.





¿Qué es el Año de la fe?
Benedicto XVI ha convocado a un tiempo especial en el que los cristianos mediten sobre la fe, como un don y un ejercicio personal y comunitario para el conocimiento de Dios.
Si bien, Dios es alcanzable por la razón hu­mana hasta cierto punto, la razón humana se plenifica en la fe que se tiene sobre las realidades que Dios mismo revela de sí. Es decir, la razón humana puede entender a Dios, pero si no es guiada por las enseñanzas que Dios mismo da, se perdería, no sería completa ni óptima. La fe sería, entonces, la aceptación de realidades sobre las que no tenemos una certeza sensitiva, pero si una razonabilidad, pues la razón si fe está ciega y la fe sin razón está hueca.
Es por esto que Benedicto XVI convoca a un tiempo especial de gracia para reflexionar sobre el asentimiento voluntario y razonable que hac­emos sobre las enseñanzas dadas por la Rev­elación de Dios en Jesús, el Señor.
El Papa ha definido el año de la fe como “una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único salvador del mundo. Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado en plenitud el Amor que salva y llama a los hom­bres a la conversión de vida mediante la remisión de los pecados” (Porta Fidei, 6)


Principales objetivos:
Los objetivos principales del Año de la fe los propone el mismo Benedicto XVI de este modo:

• Que la fe sea profesada de modo contundente y en público: en las catedrales, parroquias, comunidades religiosas y en las familias.

• Que el testimonio de la fe en las acciones de caridad aumente y brille en el mundo. Es decir, vivamos como verdadero cristianos, que la fe profesada sea fe de acciones.

• Que este año suscite en todo creyente la as­piración a confesar la fe con plenitud y reno­vada convicción, con confianza y esperanza. Intensifiquemos las acciones litúrgicas, par­ticularmente la Eucaristía, de la cual se nutre la fe. De modo semejante, el testimonio de la acción debe intensificarse.

• Que la reflexión sobre nuestra fe intensifique la relación entre individualidad y vida comu­nitaria. La misma profesión de fe es un acto personal al mismo tiempo que comunitario. En la fe de la comunidad cristiana cada uno recibe el bautismo , signo eficaz de la entrada en el pueblo de los creyentes para alcanzar la salvación.

• Que haya una profundización en el asen­timiento voluntario y razonable a las enseñan­zas recibidas por medio de la Iglesia. Es nec­esario conocer los contenidos de la fe para asentir con ellos plenamente con la inteligen­cia y la voluntad. El conocimiento de la fe in­troduce en la totalidad del misterio salvífico revelado por Dios. Cuando se cree, se acepta libremente el don de la fe.

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