lunes, 21 de abril de 2014

COMUNICADO DE NUESTRO SR. OBISPO CON MOTIVO DE LA PASCUA


+ Oscar Roberto Domínguez Couttolenc. M.G.
Por la Gracia de Dios y de la Santa Sede
Obispo de Ecatepec
Comunicado 021/2014

A todos mis hermanos sacerdotes, diáconos, religiosas (os), fieles y personas de buena voluntad que peregrinan en esta querida Diócesis de Ecatepec:

"Sabemos que Cristo una vez resucitado de entre los muertos ya nunca morirá. La muerte ya no tiene dominio sobre Él, porque al morir, murió al pecado de una vez para siempre; y al resucitar, vive ahora para Dios.” (Rm 6, 9-10)

Estas son palabras que el apóstol San Pablo escribe a los Romanos y dan testimonio (“sabemos que…”)  de los acontecimientos de la muerte y resurrección del Señor. San Pablo el apóstol que antes de su conversión persiguió y quiso exterminar definitivamente a los cristianos, pero que Dios en su infinita misericordia le concedió experimentar la fuerza de la resurrección de su Hijo, para que fuera su gran testigo, discípulo misionero.

Hoy toman fuerza este y otros testimonios, que durante la historia del cristianismo, han conocido, recibido y vivido el mensaje pascual, proclamando con su vida a Cristo muerto y resucitado.

Algunos de estos testigos han llegado hasta derramar su sangre por dar este testimonio, ejemplo lo tenemos en tantos hombres y mujeres de buena voluntad, entre ellos a nuestros Santos Mártires Mexicanos, gracias a ellos la Iglesia ha seguido caminando incluso entre duras persecuciones y rechazos, con estos grandes testimonios ha crecido y se ha extendido por toda la tierra.

En este año dentro del tiempo pascual, el Señor ha querido que la Iglesia proclame como santos a dos grandes hombres que han cambiado el curso de la humanidad, (el próximo domingo 27 de abril) uno de ellos el querido Beato Juan XXIII, quien dirigió a la Iglesia entre los años 1958 y 1963, siendo llamado el Papa de la Paz, y a él se le debe el haber iniciado el Concilio Vaticano II; y nuestro querido Beato el Papa Juan Pablo II, quien tomó las riendas de la Iglesia desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en el año 2005, él ejerció un gran liderazgo no solamente dentro de la Iglesia, sino también hacia fuera buscando que Jesús resucitado sea siempre el Señor de la historia.

Un común denominador en la vida de estos dos grandes beatos y prontamente santos, es el testimonio que siempre dieron durante su vida de fidelidad al Evangelio, siendo hombres de fe, oración, sensibles a las necesidades de la humanidad a pesar de los grandes y dolorosos problemas que tuvieron que enfrentar durante su vida, ellos han sido testigos de Jesús resucitado.

Hoy también estamos llamados a dar un testimonio vivo de Jesús resucitado, a proclamar su Reino de reconciliación, paz y amor en nuestra sociedad, especialmente entre aquellos implicados en tantos crímenes que se comenten, que siembran la semilla de la destrucción, el odio y la muerte.

Este anuncio de paz que todo discípulo misionero, esta llamado a proclamar con las actitudes de su vida, es para todos los que recorren un calvario que parece interminable, frustrados en sus aspiraciones al respeto de la dignidad humana y de los derechos de la persona, a la justicia, al trabajo, para buscar construir condiciones de vida más equitativas.

Digámosle al Señor:

Jesús, muerto y resucitado por nosotros,
 ¡Tú eres el fundamento de nuestra esperanza!
Queremos hacer nuestro el testimonio de San Pablo,
y el de tantos hermanos y hermanas,
que durante la historia del cristianismo han dado testimonio de Ti.
Tú Jesús resucitado quieres encontrarte con nostros,
como has encontrado a estos hermanos y hermanas testigos de Ti.
Ayúdanos a dar testimonio de Tu persona,
donde quiera que nos encontrenos,
construyendo tu Reino de justicia, amor y paz,
como tus discípulos misioneros. Amén.

          Me despido deseándoles que Jesús resucitado sea su fortaleza ante todas las adversidades de la vida, y en Él les aseguro mi oración, amistad y bendición.


Ecatepec de Morelos, Estado de México, 20 de abril de 2014.


  
+ Óscar Roberto Domínguez Couttolenc, M.G.
Obispo de Ecatepec

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