sábado, 28 de diciembre de 2013

CELEBRACIONES PARA EL AÑO NUEVO

 
 

ES TIEMPO DE DAR EL DIEZMO

 
DIEZMO
En su sentido literal, el diezmo es la décima parte de todos los frutos adquiridos, que se debe entregar a Dios como reconocimiento de su dominio supremo (Cf. Levítico 27,30-33). El diezmo se le ofrece a Dios pero se transfiere a sus ministros. (Cf. Num 28,21).
La enseñanza del Catecismo sobre la obligación de ayudar a la Iglesia está en el 2043 del Catecismo de la Iglesia Católica.
El quinto mandamiento («ayudar a la Iglesia en sus necesidades») enuncia que los fieles están obligados de ayudar, cada uno según su posibilidad, a las necesidades materiales de la Iglesia (cf CIC can. 222).
De las obligaciones y derechos de todos los fieles (Cann. 208 – 223) 222 § 1.    Los fieles tienen el deber de ayudar a la Iglesia en sus necesidades, de modo que disponga de lo necesario para el culto divino, las obras de apostolado y de caridad y el conveniente sustento de los ministros.
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Mons. Luis Martínez Flores.
Párroco.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

COMUNICADO DE NUESTRO SR. OBISPO

 
+ Oscar Roberto Domínguez Couttolenc. M. G.

Por la Gracia de Dios y de la Santa Sede

Obispo de Ecatepec

Comunicado 012/2013

“No hay Navidad sin Cristo”

A mis hermanos sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas y a todo el pueblo de Dios que peregrina en esta Diócesis de Ecatepec: les saludo deseándoles que en esta Navidad Jesús, le colme de paz en su corazón.

La Iglesia en la Navidad proclama con alegría: ¡ha nacido para nosotros el Salvador!. Esta proclamación nos llena de felicidad, ánimo y esperanza, pero también nos confronta ante una profunda necesidad de intimidad y paz. Nuestros templos y casas durante este tiempo se encuentran adornados con el pesebre y del árbol de la Navidad. El pesebre nos convoca a contemplar a Jesús, quien se anonadó así mismo, para hacerse pobre movido por el amor, y el árbol de Navidad con sus adornos, nos recuerda que con el nacimiento de Jesús florece de nuevo el árbol de la vida. Así que el pesebre y el árbol son signos magníficos, que transmiten el verdadero sentido de la Navidad.

En este tiempo en que celebramos el nacimiento de nuestro Salvador, debemos preparar un pesebre digno para su llegada, la ternura de este niño tiene que convertir nuestro corazón y por lo tanto, dejar que guíe nuestra persona, en esto consiste la verdadera celebración de la Navidad.

“Les anuncio una gran alegría… hoy, en la ciudad de David les ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor” (Lc 2, 10-11) estas son las palabras que el ángel expresa a cada uno de nosotros, como invitación para acoger al Salvador en nuestras casas, trabajos y acciones diarias, así al contemplar la grandeza de Dios en un pequeño niño nos mueve a adorarlo, reconocerlo y aceptarlo en nuestra historia personal, como el único que puede obrar en nuestro interior, es por eso que la mejor morada que podemos ofrecer al Niño Jesús, es el pesebre de nuestro corazón.

Vayamos al encuentro de este niño en la gruta de Belén, vayamos a adorarlo y alegrémonos con Santa María, por el nacimiento del amor entre nosotros y por la paz que su llegada nos trae.

En Cristo Misionero le aseguro mi oración, amistad, bendición y les deseo que tengan una feliz Navidad y un buen año 2014.

+ Oscar Roberto Domínguez Couttolenc. M.G.

Obispo de Ecatepec.

CELEBRAMOS LA NAVIDAD

 














 


¡FELIZ NAVIDAD!

 


martes, 24 de diciembre de 2013

CÁPSULA DE LITURGIA "ZAPATOS PARA JESÚS"




ZAPATOS PARA JESÚS
(Una historia que enseña el verdadero valor de las cosas)
Hoy es Navidad. Aún no me ha atrapado el espíritu de estas fiestas. Los estacionamientos llenos, y dentro de las tiendas el caos es mayor. ¿Por qué fui de compras hoy? me pregunto. En mi lista estaban los nombres de personas que decían no querer nada, pero yo sé que si no les compro algo se resentirán. Llené mi carrito con compras de último minuto y me dirigí a las colas de las cajas registradoras, calculé que serían por lo menos 20 minutos de espera.
Frente a mí había dos niños, un niño de 10 años y su hermana de 5 años. Él estaba mal vestido con un abrigo raído, llevaba en sus sucias manos unos cuantos billetes arrugados, su hermana lucía como él, su pelo estaba enredado y llevaba un par de zapatos de mujer dorados y resplandecientes. Los villancicos navideños resonaban por toda la tienda y yo podía escuchar a la niñita tararearlos, al llegar a la caja registradora, la niña le dio los zapatos cuidadosamente a la cajera, como si se tratara de un tesoro.
La cajera les entregó el recibo y dijo: son $120.00, el niño puso sus arrugados billetes en el contador y empezó a rebuscarse los bolsillos, finalmente contó $63.00, “bueno pienso que tendremos que devolverlos, volveremos otro día y los compráremos”, añadió, ante esto la niña dibujó una tristeza en su rostro y dijo: "Pero a Jesús le hubieran encantado estos zapatos", volveremos a casa trabajaremos un poco más y regresaremos por ellos, no llores, vamos a volver. Sin pensar yo le completé los 57.00 pesos que faltaban a la cajera, ellos habían estado esperando en la cola por largo tiempo y después de todo es Navidad, en eso un par de bracitos me rodearon con un tierno abrazo y una voz me dijo: "Muchas gracias señor".
Aproveché la oportunidad para preguntarle que había querido decir cuando dijo “que a Jesús le encantarían esos zapatos”,  la niña con sus grandes ojos redondos me respondió:
- "Mi mamá está enferma y yéndose al cielo, mi papá nos dijo que se iría antes de Navidad para estar con Jesús, mi maestra de catecismo dice que las calles del cielo son de oro reluciente tal como estos zapatos. ¿No se verá  mi mamá hermosa caminando por esas calles con estos zapatos?"
Mis ojos se inundaron al ver una lágrima bajar por su rostro radiante. ¡Por supuesto que sí!, le respondí,  y en silencio le doy gracias a Dios por usar a estos niños para recordarme el verdadero valor del amor, y que junto con mi familia abramos las puertas de nuestra casa y  nuestro corazón a Jesús que hoy nacerá nuevamente… para todos nosotros.
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Mons. Luis Martínez Flores
Párroco

 

¿CÓMO NACISTE JESÚS?



Dice Dios:

Nací desnudo, dice Dios, para que tú sepas despojarte de ti mismo.
Nací pobre para que tú puedas considerarme la única riqueza

Nací en un establo para que tú aprendas a santificar cada ambiente

Nací débil para que tú no tengas nunca miedo de mí.

Nací por amor para que tú no dudes nunca de mi amor.

Nací de noche para que tú creas que te puedo iluminar cualquier realidad.

Nací persona para que no te avergüences nunca de ser tú mismo.

Nací hombre para que tú puedas ser "Dios".

Nací perseguido para que tú sepas aceptar las dificultades.

Nací en tu vida para atraer a todos a la casa del Padre.

Jesús nace entre los pobres, los marginados, los que sufren, lloran, gritan al cielo, los afligidos, los oprimidos, cuantos lo sirvan y esperan