¿QUE PASA SI
COMULGO EN PECADO MORTAL?
Comulgar en pecado mortal es un
SACRILEGIO, así lo
marca el Derecho Canónico:
C915: "No
deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en
entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que
obstinadamente persisten en un manifiesto pecado grave".
C916 “Quien tenga
conciencia de hallarse en pecado grave, no celebre la Misa ni comulgue el
Cuerpo del Señor sin acudir antes a la confesión sacramental, a no ser que
concurra un motivo grave y no haya oportunidad de confesarse; y, en este caso,
tenga presente que está obligado a hacer un acto de contrición perfecta, que
incluye el propósito de confesarse cuanto antes”.
C919: P1 Quien vaya a recibir la santísima
Eucaristía ha de abstenerse de tomar cualquier alimento y bebida al menos desde
una hora antes de la sagrada comunión, a excepción sólo del agua y de las
medicinas.
"Recibir indignamente el Cuerpo
y la Sangre de Cristo es un sacrilegio. Si lo hace deliberadamente en pecado
mortal es un sacrilegio". "Si
tenemos un pecado mortal en la conciencia, debemos primero confesarnos de ese
pecado y recibir la absolución, y sólo después acercarnos al Sacramento
Eucarístico" -Arzobispo Raymond L.
Burke, Prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica de la Santa
Sede, agosto, 2008.
La misericordia infinita de Dios no
contradice la necesidad de conversión. Si comprendemos que el pecado mortal nos
aparta de Dios podremos entender que también nos aparta de la Eucaristía. Pero
una vez arrepentidos y confesados se nos abren las puertas a la Eucaristía.
Quede claro: No es el haber pecado lo que obstaculiza la comunión, sino el
obstinarse en el mismo aun cuando los pastores de la Iglesia han advertido su gravedad.
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Mons. Luis Martínez Flores
Párroco
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