martes, 24 de diciembre de 2013

CÁPSULA DE LITURGIA "ZAPATOS PARA JESÚS"




ZAPATOS PARA JESÚS
(Una historia que enseña el verdadero valor de las cosas)
Hoy es Navidad. Aún no me ha atrapado el espíritu de estas fiestas. Los estacionamientos llenos, y dentro de las tiendas el caos es mayor. ¿Por qué fui de compras hoy? me pregunto. En mi lista estaban los nombres de personas que decían no querer nada, pero yo sé que si no les compro algo se resentirán. Llené mi carrito con compras de último minuto y me dirigí a las colas de las cajas registradoras, calculé que serían por lo menos 20 minutos de espera.
Frente a mí había dos niños, un niño de 10 años y su hermana de 5 años. Él estaba mal vestido con un abrigo raído, llevaba en sus sucias manos unos cuantos billetes arrugados, su hermana lucía como él, su pelo estaba enredado y llevaba un par de zapatos de mujer dorados y resplandecientes. Los villancicos navideños resonaban por toda la tienda y yo podía escuchar a la niñita tararearlos, al llegar a la caja registradora, la niña le dio los zapatos cuidadosamente a la cajera, como si se tratara de un tesoro.
La cajera les entregó el recibo y dijo: son $120.00, el niño puso sus arrugados billetes en el contador y empezó a rebuscarse los bolsillos, finalmente contó $63.00, “bueno pienso que tendremos que devolverlos, volveremos otro día y los compráremos”, añadió, ante esto la niña dibujó una tristeza en su rostro y dijo: "Pero a Jesús le hubieran encantado estos zapatos", volveremos a casa trabajaremos un poco más y regresaremos por ellos, no llores, vamos a volver. Sin pensar yo le completé los 57.00 pesos que faltaban a la cajera, ellos habían estado esperando en la cola por largo tiempo y después de todo es Navidad, en eso un par de bracitos me rodearon con un tierno abrazo y una voz me dijo: "Muchas gracias señor".
Aproveché la oportunidad para preguntarle que había querido decir cuando dijo “que a Jesús le encantarían esos zapatos”,  la niña con sus grandes ojos redondos me respondió:
- "Mi mamá está enferma y yéndose al cielo, mi papá nos dijo que se iría antes de Navidad para estar con Jesús, mi maestra de catecismo dice que las calles del cielo son de oro reluciente tal como estos zapatos. ¿No se verá  mi mamá hermosa caminando por esas calles con estos zapatos?"
Mis ojos se inundaron al ver una lágrima bajar por su rostro radiante. ¡Por supuesto que sí!, le respondí,  y en silencio le doy gracias a Dios por usar a estos niños para recordarme el verdadero valor del amor, y que junto con mi familia abramos las puertas de nuestra casa y  nuestro corazón a Jesús que hoy nacerá nuevamente… para todos nosotros.
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Mons. Luis Martínez Flores
Párroco

 

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